Muerte de Túpac Amaru II

Muete de Túpac Amaru II


Tras ser capturado el 6 de abril de 1781, fue llevado a Cuzco encadenado y montado en una mula. Ingresó a la ciudad una semana después, "con semblante sereno" mientras las campanas de la Catedral repicaban celebrando su captura. Apresado en el convento de la Compañía de Jesús, fue sucesivamente interrogado y torturado al límite del fallecimiento, con el objetivo de arrancarle información acerca de sus compañeros de rebelión en Cuzco y otras ciudades, y de sus ejércitos que aún conservaban grandes territorios. Torturas que fueron inútiles ya que no dio confesión alguna. Más bien trató de enviar mensajes escritos con su propia sangre, pero estos fueron interceptados. La madrugada del 29 de abril a causa de los rigores del tormento le fracturaron el brazo derecho.
Un día durante el encierro cuando el visitador Jose Antonio  de Areche, autoridad del interrogatorio y ejecución enviado por el rey Carlos III de España, entró intempestivamente al calabozo para exigirle, a cambio de promesas, los nombres de los cómplices de la rebelión, Túpac Amaru II le contestó: "Solamente tú y yo somos culpables, tú por oprimir a mi pueblo, y yo por tratar de libertarlo de semejante tiranía. Ambos merecemos la muerte.".
El 18 de mayo de 1781, en acto público en la Plaza de Armas de Cuzco, se cumplió la ejecución de Túpac Amaru II, su familia y sus seguidores. Los prisioneros fueron sacados de sus calabozos, metidos en zurrones (un tipo de costal) y arrastrados por caballos todos a la vez, uno tras otro, hasta llegar a la plaza. Ya al pie del cadalso, Túpac Amaru II fue obligado, tal y como señalaba la sentencia, a presenciar la tortura y asesinato de sus aliados y amigos, su tío, sus dos hijos mayores y finalmente su esposa, en ese orden.
Después, al igual que hicieron con varios de sus lugartenientes, con su tío y su hijo mayor, le cortaron la lengua.
Luego se intentó descuartizarlo vivo, atando cada una de sus extremidades a sendos  caballos para que estos tirasen de aquellas y las arrancaran. Un testigo describió los hechos:
"Atáronle a las manos y pies cuatro lazos, y asidos estos a la cincha de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: espectáculo que jamás se había visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos no fuesen muy fuertes, o porque el indio en realidad fuese de hierro, no pudieron absolutamente dividirlo después que por un largo rato lo estuvieron tironeando, de modo que lo tenían en el aire, en un estado que parecía una araña."

Al ser la acción infructuosa sus verdugos optaron por decapitarlo y posteriormente despedazarlo. Su cabeza fue colocada en una lanza exhibida en cuzco y tinta, sus brazos en Tungasuca y carabaya, y sus piernas en Livitaca (actual provincia de Chumbivilcas) y en Santa Rosa (actual provincia de Melgar, Puno). De igual forma despedazaron los cuerpos de su familia y seguidores, y los enviaron a otros pueblos y ciudades. Todo ello descrito en el documento español Distribución de los cuerpos, o sus partes, de los nueve reos principales de la rebelión, ajusticiados en la plaza de Cuzco, el 18 de mayo de 1781.





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